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Cuautitlán

Santuario de la siempre Virgen de Guadalupe casa de los dos videntes

Breve historia

1. Antecedentes históricos

El Santuario de la siempre Virgen de Guadalupe, casa de los dos videntes, tiene su origen peculiar en lo que los historiadores llaman el Acontecimiento Guadalupano. Tiene su primera expresión contemporánea en la capilla del siglo XIX terminada de construir en 1810, por el pueblo de Cuautitlán, pero que fue pedida al Arzobispo de México por una nativa de Cuautitlán en 1789-1790.

Sin embargo este santuario, remonta su historia hasta el siglo XVI, sin temor a equivocarnos, en la primera ermita que fue descubierta por los arqueólogos que realizaron sus excavaciones en el año de 1963, encontrando los restos de ésta, en un sitio de por sí atípico, pues está junto a los restos arqueológicos de lo que es una casa, que por las fuentes documentales como el Nican Mopohua que menciona a san Juan Diego como nativo de Cuautitlán, y la tradición oral consignada en las distintas informaciones sobre este hecho histórico, tanto las de 1666, las de 1799, y las de 1852, podemos inferir que en esta capilla los indígenas autóctonos de este lugar daban culto a la Virgen de Guadalupe desde estas fechas tempranas muy cercanas a los inicios de la evangelización, es decir en 1531, tan sólo diez años después de la conquista del Imperio Mexica en el valle de México.

Esta primera ermita, debió ser simple y sencilla, pero debió constituir un primer centro difusor del guadalupanismo en México, y en cierto modo un lugar donde se preservó la memoria de los indígenas buenos Juan Bernardino y san Juan Diego. Desafortunadamente fuera de los vestigios arqueológicos y los dictámenes de los expertos de que es del siglo XVI, no disponemos de otras fuentes que nos proporcione más información acerca de la misma.

2. Capilla colonial de 1810

Es la capilla de 1810, la que representa el símbolo de la preservación de la memoria de san Juan Diego y la Virgen de Guadalupe en este lugar, con esta capilla el culto cobra solidez, y alberga expresiones artísticas. Esta capilla tiene como motivación la larga tradición oral que circula en Cuautitlán, desde 1666, los primeros testigos entrevistados por el sacerdote criollo Antonio de Gama, focalizan su atención en el encuentro entre Juan Diego y la Virgen de Guadalupe, es en esta época cuando el santuario goza de una primera imagen de Guadalupe, pues tenemos una imagen que recientemente fue restaurada, y que por los estudios que se le hicieron a la misma por el Instituto de Investigaciones Estéticas de la UNAM, dan con que tal imagen pertenece al siglo XVII muy cercana a 1666, de tal manera que podemos inferir que esa imagen se albergaba en la primera ermita del siglo XVI, y luego fue conservada en la capilla de 1810.

Esta capilla de 1810 fue construida además por otra motivación, el pueblo de Cuautitlánen general, querían preservar el “lugar donde el santo vivía”, conocido en el lenguaje coloquial del sitio como el paraje Juan Diego, o el cerrito, es a partir de la conclusión de esta capilla que el santuario tiene sus inicios formales e institucionales dentro de la Iglesia. La Sra. Ana Revueltas y su familia, quiénes fueron los que la mandaron construir, con esta (1) intención, nunca se imaginaron que 153 años después se iban a encontrar los restos arqueológicos de lo que se considera la casa de san Juan Diego, y los restos de la ermita del siglo XVI. Aquí es donde podemos ubicar que el lugar se transforma en un sitio difusor del culto a Guadalupe y san Juan Diego de manera masiva.

3. Niveles de información turística religiosa del santuario

Nuestro santuario, goza de un patrimonio histórico incomparable, pues los niveles de información que se relacionan con el Acontecimiento Guadalupano lo hacen único. En primer nivel de información tenemos el espacio habitacional que perteneció a san Juan Diego y Juan Bernardino. Los restos de la casa, coinciden con una casa habitación del tiempo prehispánico, esto está corroborado por los restos de cerámica que se han encontrado, y que son restos de la época que media entre 1500 y 1550 de los mexicas. Ello nos lleva a inferir que san Juan Diego pertenecía a la clase media de su entorno social, es decir era comerciante, que con toda certeza comerciaba tanto en los mercados de Cuautitlán como Tlatelolco, mercados prehispánicos en donde se practicaba el trueque. A estos restos arqueológicos se han realizado dos excavaciones unas en 1963 y otras en 2010.

El segundo nivel de información, son los restos de la ermita del siglo XVI, en los cuales se preserva la estructura básica de la misma, así como los restos de un altar, debajo del cual se encontró una ofrenda prehispánica, que expresa el primer culto a la Virgen de Guadalupe y san Juan Diego, además de un bracero que pertenece a la misma época. Lo que más llama la atención es que capillas como éstas, normalmente se construían en los teocallis de los antiguos mexicanos, por ende, es atípica esta capilla, pues se encuentra dentro de una casa habitación.

El tercer nivel de información, es la propia capilla del siglo XIX, en donde se expresó este culto por muchos años y décadas. Primero fue una extensión del exconvento de Cuautitlán, que es hoy la actual Catedral de la diócesis de Cuautitlán. Perteneció a la arquidiócesis de México de 1810 hasta 1964, antes en 1963, se puso el monumento nacional a san Juan Diego, cuando éste todavía no era beato, pero demuestra la importancia que fue cobrando con el paso del tiempo este santuario. De 1964 a 1979, estuvo bajo la jurisdicción de la actual arquidiócesis de Tlalnepantla, y de 1979 a la fecha está bajo la jurisdicción de la diócesis de Cuautitlán.

4. El santuario hoy en día

Uno de los proyectos más ambiciosos del santuario, es que además de seguir siendo con mayor fuerza, un centro difusor del Acontecimiento Guadalupano, y de presentar toda la riqueza documental y oral que aquí se alberga, tiene como objetivo que el visitante además de realizar su peregrinar al santuario, pueda éste llevarse la información científicamente probada. Por ello en donde actualmente están los restos arqueológicos, se está trabajando para que se convierta en un museo en toda forma, y siendo un museo de sitio, contenga cinco salas: la primera dará una introducción general al objetivo del museo y presentará la importancia religiosa del santiuario; en la segunda sala, tendrá como temática el Cuatitlán prehispánico, que es el ámbito social, político, económico y religioso al que perteneció san Juan Diego, en esta sala pretendemos presentar las piezas más importantes que datan de esta época; en la tercera sala tendrá como temática el momento de la Conquista española, presentando el drama que significó para san Juan Diego y Juan Bernardino, incorporar sus (2) valores culturales a los valores culturales que España traía consigo, y que por supuesto en el ámbito religioso significó una transformación y conversión de la mente y corazón; en la cuarta sala estará toda ella dedicada a la figura de san Juan Diego, presentando no sólo los datos fidedignos que por fuentes documentales y de tradición oral disponemos, sino su importancia como figura representativa de Cuautitlán, con el objetivo de difundir a mayor escala su atractivo como indígena y sobre todo como santo de la primera etapa de la historia del México contemporáneo; en la última sala, mostraremos los vestigios arqueológicos, para revelar el espacio cotidiano donde desarrolló su vida nuestro santo patrono, así como la importancia de dichos restos como lugar santo, pues allí por las informaciones de tradición oral y el Nican Mopohua, sabemos que Juan Bernardino recibe la gracia de ser curado de la peste por parte de Dios a través de la Virgen de Guadalupe.

Tal proyecto está pensado para que lo aprecien personas de todas las edades, desde niños hasta adultos mayores, es por ello que el santuario hoy día está desarrollando este proyecto, de la mano de expertos en la materia. Actualmente el santuario, en el aspecto religioso y cultual ha cobrado importancia desde las últimas remodelaciones y adaptaciones que ha sufrido. Cuenta con un espacio cultual moderno, donde se tiene una capacidad para poco más de 1500 personas, en el presbiterio está la imagen de la temática que el santuario quiere comunicar a todo el que entra, la actuación de Dios por medio de la Virgen de Guadalupe,pues en la imagen central se narra pictográficamente la “quinta aparición” de la Dulce Señoraa Juan Bernardino.

Cuenta con servicios de oficina, y atiende de manera constante a la casa del migrante de la diócesis de Cuautitlán, que lleva el mismo nombre del santo. Está ubicado en un lugar céntrico, pero con espacio poco extenso para lo que debería ser un santuario, y sin embargo tiene una significativa afluencia de personas. Lo han visitado peregrinaciones de Ecuador, Perú, Argentina, Estados Unidos, Alemania, Brasil, por mencionar algunas.

Es un santuario diocesano, que es el único de la diócesis de Cuautitlán, y que mantiene una relación intrínseca con la Basílica de Guadalupe en la ciudad de México, pues ambos espacios religiosos se relacionan por el Acontecimiento Guadalupano, y que hoy día es un espacio que da identidad al municipio de Cuatitlán, y a la misma diócesis. De la llegada del Sr. Obispo Don Guillermo Ortíz Mondragón, se ha puesto a san Juan Diego como patrón de la diócesis; además de que se realizó toda una investigación histórica, para aclarar, y profundizar en el Acontecimiento Guadalupano, sobre todo en sus aspectos históricos, cultuales y religiosos.

Ahora se sabe que los indígenas de Cuautitlán, de los distintos barrios cercanos, se ponían el nombre de Juan Diego, como un modo sencillo pero eficaz, para preservar la memoria del lugar en torno al guadalupanismo del lugar, esto porque en el Archivo histórico de la actual Catedral de san Buenaventura, se han descubierto en los registros parroquiales, actas de bautismo, matrimonios, defunciones, en donde las personas llevaban el nombre del santo. Además de cofradías, y tierras que le ponían el mismo nombre.

Por ello el santuario de ls siempre Virgen de Guadalupe y casa de los dos videntes, nombre con el cual ahora por decreto el obispo ha determinado que se llame, sigue siendo un espacio de identidad religiosa, de turismo religioso, pero sobre todo lugar donde se preserva la historia que nos da memoria, identidad y futuro como Iglesia. (3)

 

BIBLIOGRAFÍA
Alberto Fragoso Castañares – Luis Córdoba Barradas, Revaloración arqueológica e

histórica sobre el origen de Juan Diego en Cuautitlán, AMECROM México 2010.

Israel Mendoza Tinoco, Historia del culto a san Juan Diego en las fuentes documentales, de tradición oral, arqueológicas, orográficas y artísiticas en Cuautitlán siglos XVII-XIX,Tesis doctoral defendida en la PUG Roma 2016.

Fidel González Fernández – Eduardo Chávez Sánchez – José Luis Guerrero Rosado, El encuentro de la Virgen de Guadalupe y Juan Diego, Editorial Porrúa México 2000.